Ser mamá es un cambio de vida radical y maravilloso, una experiencia única que vale la pena vivir un millón de veces. Pero antes de ser mamá ciertamente eras muy diferente y al día de hoy te han pasado cosas que nunca imaginaste:
Jamás habías estado lista en 10 min. Cuando antes tardabas horas arreglándote, maquillándote y peinándote, ahora demoras si acaso 10 min. Aprendiste a ser muy práctica, pues tiempo es lo que menos te sobra.
Tu coche parece una bodega. Seguro en tu coche traes todo lo necesario para sobrevivir el día: comida, juguetes, zapatos, cobijas, trastes, ropa… probablemente ya no luce impecable como antes, pero es funcional.
Las sobras de comida son un buen complemento. Recordarás como antes disfrutabas tranquilamente una comida completa y caliente. Eso quedó en el pasado, pues jamás volverás a comer sola y ahora las sobras de tu bebé ¡son una delicia! ¿o no?
Dejó de importarte el orden. La verdad, no puedes pasarte la vida limpiando, pues nunca acabarías y mientras tanto tu bebé crece y debes aprovechar el tiempo con él. El orden ya no es tan importante por ahora.
Nunca más estarás a solas ¡ni en la ducha! ¿Recuerdas ese baño tibio y relajante? nada como un momento a solas para estar contigo misma y pensar. Ahora eso es prácticamente imposible: o te metes a la regadera con todo y bebé o te duchas en sólo 5 minutos.
Tu vida ha cambiado por completo, y ya no será la misma de antes, ¡ahora es mucho mejor! Aprendiste a dar importancia a las cosas realmente valiosas y eso, estamos seguros que no lo cambiarías por nada.